
A veces creo que he perdido la razón, que me he vuelto completamente loca, pero luego recuerdo que siempre he sido así, desde que era niña, desde que tengo memoria.
Me refiero a esas extrañas costumbres que tengo en mi cabeza, ¡no!, no son deseos homicidas ni suicidas ni ninguna otra cosa peligrosa, únicamente se trata de ciertas costumbres mentales.
La primera de ellas es mi habitual manía de soñar despierta, de pensar en mil y un cosas alejadas completamente de la realidad. De cierto modo esta situación ha sido positiva por que me ha permitido desarrollar mi imaginación; me considero una persona con mucha imaginación (aunque a veces no lo paresca).El lado negativo es que me he convertido en una persona muy distraida, de esas que siempre están "en la luna" y como consecuencia de ésto, olvido cosas, pierdo objetos por que los dejo en cualquier parte y después no puedo recordar en donde los dejé, etc.
La segunda, es una característica que hasta hace poco creí que sólo yo tenía (por que estaba loca): el relacionar a una persona con un color, es algo un poco extraño, es como si cuando pienso en una persona inmediatamente me remitiera a un color. Ahora se que no es así, a muchos nos pasa lo mismo e incluso hay quienes se dedican a "leer" el color de tu áurea de acuerdo a lo que fuiste en tu otra vida, yo creo que eso no tiene nada que ver con lo que me pasa a mí, en mi caso yo creo que simplemente le otorgo el color a una persona de acuerdo a como es su personalidad o alguna situación, como por ejemplo, el color de la ropa que traía puesta cuando lo(a) conocí.
Independientemente de si es real o no, creo que una de las características que más me gustan es esa capacidad que tengo de ver la vida de colores, de hecho, me encantan los colores, las tiendas de pinturas (de casas y artísticas), las crayolas, los plumones y todo lo que se relacione.
En realidad no se si estoy loca o no, pero estas dos "cualidades" o "defectos", la verdad no se que son, constituyen una parte de mí que no me gustaría cambiar por nada, aún cuando me pongan una camisa de fuerza.