Hace unos días me encontraba en la playa, disfrutando del ambiente que sólo se siente estando en la costa; a pesar de lo molesto que es sentir el sol quemando la piel y estar sudando continuamente es muy agradable estar en un ambiente diferente al que se vive diariamente aquí en la ciudad.
En fin, estaba en Veracruz disfrutando de mi viaje cuando de repente me entró esa melancolía que suele aparecer a veces cuando algo te hace sentir mal (no tiene importancia mencionar las causas) y entonces sucedió algo no muy agradable; comencé a sentirme molesta, estresada, desesperada, frustrada; no se como explicarlo, sólo se que repentinamente lo único que quería era regresar al hotel para acostarme en la cama y llorar.
Cuando llegue al hotel quería dormir, pero no pude, entonces sentí un impulso muy fuerte de ir a caminar a la playa para despejar mis ideas y tratar de buscar algo que me quitara la tristeza de la mirada. Me salí del cuarto y del hotel tratando de alejarme de mis problemas y por fin llegue a la playa.
Sentí un alivio muy grande cuando me encontré ahí enfrente del mar, enorme y que parece no tener fin, caminé por la playa durante casi dos horas mirando las olas ir y venir en un ciclo que se repite y se repite.Cuando finalmente decidí regresar al hotel, mi tristeza y mis preocupaciones se habían ido y ahora volvía a ser la misma persona alegre y feliz que suelo ser siempre.
Mas tarde regrese a la playa pero ahora acompañada de mis amigos y uno de ellos comentó que cuando se siente triste y presionado (y está en la playa claro) se sienta a observar el mar y todos esos sentimientos se van..., se los lleva el mar, y ahora que lo pienso tiene mucha razón por que después de esa tarde observando las olas me sentí relajada, mi mente se aclaró y deje de preocuparme por cosas que en realidad no importan. El mar se llevó mi tristeza que se perdió en la inmensidad.
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