Desde que me acuerdo siempre he tenido problemas con las despedidas, aun recuerdo cuando era niña y visitaba a alguien de mi familia por muchos días, cada regreso era horrible ya que la despedida era muy triste y difícil para mi. Creo que eso se debe en gran parte a que me acostumbro y encariño demasiado rápido con las personas.
Creo que uno de los momentos mas tristes de mi vida (aunque me da vergüenza reconocerlo) fue cuando salí de la secundaria, precisamente por que tuve que despedirme de mis amigos, aunque con mis verdaderos amigos de la secundaria aun sigo contacto, ya no es lo mismo y lo que es más importante tuve que decirle adiós a una etapa muy importante de mi vida.
Hasta el día de hoy las despedidas todavía me hacen pasar momentos muy malos y aun me cuesta mucho trabajo despegarme de las personas a las que les tomo afecto. El día de ayer tuve que decirle adiós a una persona que me dio todo lo mejor de si pero que desgraciadamente por mi forma de ser y otros problemas mas no puedo seguir con él.
No puedo decir que me sienta triste por que en realidad no lo estoy, es algo que necesitaba y que tarde o temprano pasaría, simplemente es el hecho de decirle adiós a otro capitulo más de mi vida. Así que ahora creo que debo comenzar a prepararme psicológicamente para otro difícil momento que cada vez está más cerca: el adiós a mi vida como estudiante universitaria, sin embargo cada que hay un adiós también se abre la posibilidad de un hola, no sólo a nuevas personas sino a nuevas oportunidades.
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